Un guerrero sabe que tiene defectos, pero también sabe que puede crecer sólo y distanciarse de sus compañeros. Entonces, aún creyendo que el adversario tiene parte de razón, él se olvida de las dos tablas y continúa repartiendo entusiasmo en su entorno. Se sienta con sus compañeros alrededor de la hoguera, todos comentan conquistas y los extraños que se unen al grupo son bienvenidos, porque todos se sienten orgullosos de sus vidas y del buen combate.
El guerro sabe lo importante que es compartir su experiencia con los demás y habla con entusiasmo sobre el camino, cuenta como resistió a cierto desafío, que solución encontró para un momento dificil. Cuando narra sus aventuras, reviste sus palabras de pasión y romanticismo. A veces se permite exagerar un poco, pues sabe que sus antepasados también exageraban de vez en cuando; pero cuando actúa de esta manera, jamás confunde orgullo con vanidad y evita creer en sus propias exageraciones.
Mi visión metafórica del "correr".
5 comentarios:
Firmado....
Eduardo Coelho....:-)
A descansar un poco tío...."nunca cree en sus exageraciones"....me gusta.
Ánimo y al toro
Muy fino. Ruedas¿?
El caballero de la armadura oxidada está listo; suerte.
Me gusta esa visión.
Un saludo.
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